El lugar estaba súper cuidado y limpio! Además, el aire acondicionado en la cabaña era una bendición, ¡pude dormir fresquito todas las noches! Estábamos al lado de un embalse donde podías hacer un montón de actividades chulas y darnos un chapuzón para refrescarnos, ¡qué pasada! Los dueños eran super majos y nos ayudaron en todo lo que necesitamos, se nota que les importa que la gente se sienta a gusto.

Sí, es verdad que al estar en plena naturaleza, había algunos bichitos rondando, pero no era para tanto. Nos dieron repelente de mosquitos y había mosquiteras en las ventanas, así que se podía controlar la situación.